29 mar 2009

El trébol ataca de nuevo


No sé qué pensar. Me niego a creer que sea un cuadro el que nos cambie la suerte, intento pensar que es casualidad.
Ya dije en mi primera entrada, cuando creé el blog, que a partir del día en que coloqué el trébol en un lugar visible, me ocurrieron cosas buenas, una tras otra. Fue cuando comencé a tener mis dudas, aunque aun era reacia a creer del todo en él.
Pues bien, ahora vuelvo a tener mis recelos, y esta vez, quizás me haya convencido.

Yo veía que tenía suerte en cuanto a mis deseos, iba… voy teniendo cada vez más amigos, más logros en lo que me propongo, más confianza en mí misma… Quizás no me entendáis del todo, puede que os parezcan tonterías sin importancia, pero os aseguro que para mí son pasos agigantados.

A mi hijo le iban las cosas mal, o mejor sería decir: desastrosamente mal.
Había roto con su novia, tenía una hipoteca sumamente grande, y para colmo, se quedó sin trabajo. Anímicamente estaba fatal, aunque siempre está de bromas y contando chistes porque es muy dinámico y optimista., yo que lo conozco, sé que interiormente no estaba bien.
Decidí regalarle el trébol, aunque no le dije que era suyo porque es muy sensible. Le afecta mucho cuando un amigo tiene un problema, y estoy segura que sería capaz de regalar el cuadro a otro asegurando que lo necesita más que él. No es normal que un chico de veinticuatro años se preocupe tanto por los demás, pero él es así, siempre lo ha sido, y creo y espero que siempre lo sea. No quiero que piensen que lo dice una madre orgullosa (que lo estoy) de su hijo, que lo digo por alabarle, tiene sus cositas como todos los jóvenes. Le afecta mucho cuando un amigo pasa por un mal momento. Si se cruza con un indigente, le entrega lo que lleve en los bolsillos, que no es mucho porque como digo maneja poco dinero, luego le da mil vueltas a la cabeza, pensando cómo vivirá, si pasará frío o si tendrá para comer.

Hace unos meses le di el trébol, y aunque es difícil de creer, las cosas le han cambiado. Ha vuelto con su novia, el banco le ha ofrecido una renovación para su hipoteca dejándola mucho más reducida, y para colmo de casualidades, su antiguo jefe lo ha llamado para que vuelva a trabajar con él.
Y ahora digo yo ¿es casualidad o es el trébol? Hacía tres años que había roto con su novia, dos intentando que el banco le redujera la hipoteca, y llevaba unos meses sin encontrar trabajo. No sé que pensar. Yo, que nunca he creído en nada, ahora dudo.
Podríamos meditar en la idea de pedirle al trébol que nos toque la lotería, pero no creo que sea esa clase de deseos los que cumple (suponiendo que sea él el causante de las casualidades) creo que únicamente cumple los deseos del corazón. El corazón de mi hijo pedía volver con su novia, poder pagar la casa que habían comprado a medias y encontrar trabajo, y es precisamente eso lo que ha conseguido. Otra cosa que también me gustaría añadir es que él sueña con ser humorista, le encanta subirse a un escenario y hacer reír a los demás, precisamente ahora, está teniendo cada vez más actuaciones.
Creer o no creer, e ahí el dilema. Una cosa es cierta: el cuadro está en un lugar visible del mi salón y se quedará ahí por mucho, mucho tiempo.

25 mar 2009

Reliquia de familia


La joya había transferido de madres a hijas de generación en generación. ¿Y ahora? ¿para quién sería? Eran hermanas gemelas, idénticas, y sólo una de las dos debía heredad la preciosa reliquia: un diamante incrustado en un anillo de oro.
- Será para la última en casarse – dijo la madre - para la que permanezca a mi lado. Ya sabéis que estoy delicada de salud, y que necesito estar siempre acompañada.
Las hermanas se miraron. Desde que tenían uso de razón, habían visto a su madre enferma, siempre achacosa y mostrando dolores insoportables.
Las miradas entre sí de las gemelas se tornaron frías y agrias.
-Yo te cuidaré siempre, mamá, - dijo Blanca - trabajaré sólo por las mañanas para estar juntas el resto del día.
- Yo pediré el turno de tarde – expuso Clara – así podré estar toda la mañana a tu lado.
- No será por mucho tiempo - determinó la madre - mi precaria salud impedirá que se prologue vuestro sacrificio.
- No será un sacrificio, mamá, estoy encantada de poder compartir todas mis horas libres contigo.
Lo dijeron al mismo tiempo y compás, como si fuese algo ensayado. Eran muchas las veces que solían coincidir en sus pensamientos y bromeaban con ello, sin embargo, en aquel momento les resultó odiosa la coordinación.

Durante un tiempo todo iba según lo acordado, cada una intentaba estar más tiempo con su madre, cada cual pretendiendo ser la mejor hija y la peor hermana.
En el trabajo, Clara tenía un admirador, el cual era rechazado continuamente.
- Estoy enamorado de ti, y me gustaría que formásemos una familia – insistió por enésima vez el joven.
Ella sonrió.
- No puedo estar con hombres – mintió – y no quiero que sufras, por eso te ayudaré a conquistar a mi hermana, si es cierto que te has enamorado de mi, no te resultará difícil hacerlo de ella, pues somos completamente idénticas en cuanto a físico se refiere. Te iré informando de sus gustos, sus preferencias, te iré dando detalles para que la seduzcas, ella es muy femenina, estoy segura que lo conseguirás. Aunque debes prometerme, que bajo ningún concepto le dirás que nosotros ya nos conocíamos y que te he ayudado a conquistarla.
El hombre lo pensó un momento, la miró con desilusión y tristeza.
- De acuerdo – dijo al fin - si sois tan parecidas, supongo que llegaré a enamorarme de ella.

Día tras día, Clara iba informando al hombre de todo lo referente a los gusto de su hermana, que en realidad, eran también los suyos. Día tras día, el galán iba enamorando a Blanca, sorprendiéndola con sus detalles tan acertados.
Comenzaron a salir cada vez con más asiduidad. Blanca iba descuidando su promesa al dejar a su madre sola, aludiendo cualquier pretexto.

- Tu hermana cada vez me deja más tiempo desatendida – comentó la madre – por lo tanto, seguramente tú serás la que herede la joya de la familia.
Clara no pudo ocultar que sus ojos mostraran una sonrisa de triunfo, ¡por fin lo había conseguido! Su madre no aguantaría mucho tiempo más, pues sus achaques eran constantes.
- Yo estaré a tu lado siempre.

Fue precisamente en el cumpleaños de la madre, cuando ésta las reunió a las dos. Postrada en la cama, les habló a sus hijas:
- Blanca, tú has sido mala hija, me abandonaste para casarte y formar una familia. Por el contrario, tu hermana Clara, ha estado siempre a mi lado, cuidándome como una hija debe hacerlo. Se ha quedado soltera y ahora que yo me voy se quedará sola, pero tendrá su recompensa, el diamante será para ella. Hoy cumplo cien años, y en lugar de recibir un regalo, seré yo quién lo proporcione.
La anciana extendió la mano y mostró el magnífico anillo. Los ojos de Clara se iluminaron al contemplarlo.
- Ésta es la reliquia que ha pertenecido a vuestra familia de generación en generación, ahora te la entrego a ti, Clara, guárdala como un tesoro, como lo que es, y cuando te llegue la hora deberás pasarla, desgraciadamente no tienes hija, será tu sobrina quién herede nuestro tesoro más preciado.
Clara ya no sonreía, una infinita tristeza inundó sus ojos. Miró a su hermana, tenía un marido que la adoraba, una hija preciosa, una vida plena y feliz. ¿Y ella? también debería estar feliz, lo había conseguido, el diamante era suyo; entonces ¿porqué se sentía tan desdichada?

22 mar 2009

Manías


Dicen que “cada maestrillo tiene su librillo” y nada es más verdad que eso. Cada escritor tiene diferente forma de escribir una novela, aunque algunos coincidan en sus manías o excentricidades. Unos tienen el hábito de escribir con música, otros por el contrario en silencio, unos en desorden y otros bajo una estricta ordenanza, hay quién sólo se inspira por la mañana…
Yo creo que las manías en sí no existen, que cada cual se crea su propia costumbre de escribir o de comenzar a hacerlo. Quiero decir que se puede crear un automatismo si se posee el tiempo, el habita y los medios adecuados. Si tiene dinero puede decidir; donde, y si se tiene tiempo; cuando. Creo que son los escritores consagrados, los únicos que tienen el privilegio de escribir, cuando y donde le plazca, naturalmente si viven de lo que escriben, y no tienen otra cosa que hacer más que pensar cómo hacerlo (quiero pensar que es así, porque si no, yo sería un bicho raro).
Tengo la “manía” de escribir bajo presión, me refiero a que únicamente escribo cuando me sobra algo de tiempo, da igual la hora que sea, si tengo un rato me siento frente al ordenador y punto. Mis hijos me interrumpen un millar de veces, para que les planche alguna prenda o les busque algo que han perdido, no obstante, tras el intervalo, vuelvo a mi silla y sigo por donde iba. En cambio, si un día estoy sola en casa y dispongo de unas horas para dedicarme por entero a esto, la mente se me bloquea, me levanto, me siento, comienzo a pasear, pero nada de eso me sirve, así que tomo un libro y leo ¿soy rara? puede que lo sea.

Otra cosa es también la forma que cada autor tiene de fraguar un cuento, relato o novela. Hay escritores que engendran sus creaciones según le vayan surgiendo las ideas. Se sientan a componer, y dejan que la historia surja según avance la escritura, sin tener planeada una línea o el final de dicha narración, simplemente dejan que las ideas le sobrevengan tal cual. Creo que eso es meritorio, es tener espontaneidad y admiro ese talento.
Yo por el contrario suelo pensar mucho las cosas, le doy mil vueltas a la historia en mi cabeza antes de sentarme y comenzar a mecanografiar.
Jorge Luis Borges dijo: “En el caso de los cuentos, yo sé siempre el principio y el fin. Ahora, la que sólo me es relatado a medida que voy escribiendo y a veces de un modo erróneo – entonces tengo que volver atrás y tachar parte de lo escrito-, es lo que sucede entre el principio y el fin. Eso tengo que descubrirlo o, en el peor de los casos, inventarlo. Pero siempre sé el principio y el fin”.
Es precisamente mi forma de escribir una novela, si no tengo el principio y el final, no puedo comenzar a hacerlo y me alegra saber que no soy la única con esta “manía”.

11 mar 2009

Ana


Ana es mi vecina desde hace casi veinte años, y aunque parezca inverosímil, nunca hubo entre nosotras más contactos que un “buenos días” “hola” o “adiós” y no era porque me cayera mal o yo le cayera mal a ella, simplemente no se había encartado, o no habíamos coincidido (y eso que vive frente a mi casa).
Un día nos encontramos en el centro del pueblo, y como llevábamos el mismo camino, nos acompañamos y comenzamos a hablar, sobre los hijos, de la casa, todo rutinario, lo normal entre vecinas.
Charlando, charlando, llegamos a nuestro destino, y ella como si tal cosa dijo:
- En mi tiempo libre, me gusta escribir poesías.
- Yo también escribo – le contesté, y me sorprendí de haberlo dicho tan impulsivamente y tan firme, (pues he comentado en varias ocasiones, que no suelo hablar de mi hobby). Ese fue el comienzo de una gran amistad.
Ella me mostró sus escritos, y yo los míos, nos reuníamos para hablar del tema, y me presentó a Mª del Águila Boge, que es una escritora con una amplia trayectoria literaria, de ella he hablado en alguna ocasión, de lo mucho que tengo que agradecerle, por su apoyo y su dedicación en ayudarme a corregir mi novela, por transmitirme sus conocimientos, y por convertirse en una gran amiga: es y será siempre mi mentora.

Tengo que decir de Ana, que es la persona más humana que conozco. Siempre está volcada en ayudar a los demás, no solo a mí, si no a todo las personas que la rodean, a los vecinos y amigos. Tiene un corazón tan grande que no le cabe en el pecho, y lo digo literalmente, porque es ahora, que está en el hospital a causa de un problema de corazón, y por el hecho de ser su mejor amiga, todo el mundo me pregunta por ella, es ahora cuando he comprobado que su corazón se ha estropeado a causa de la ternura acumula en él. Todos coinciden conmigo en que Ana es una gran persona, de las pocas que hay en el mundo que lo dan todo sin pedir nada a cambio.
Como he dicho, ahora está en el hospital, esperando quirófano para intervenirla y cambiarle una válvula por otra, le dan permisos de fin de semana (como a los reclutas) hasta que llegue su turno, ya sabemos cómo va eso de las lista de espera de la seguridad social, así que el viernes estará de vuelta hasta el domingo. Es por eso que he pretendido darle éste pequeño pero cariñoso homenaje. Ella se merece más, pero creeríais que exagero.
Mi vecina siempre ha estado ahí, pero a veces pasa, que tienes a las personas tan cerca, que no las ves.

2 mar 2009

Mi hermana




Suele decirse que los hermanos no deberían llevarse mucha diferencia de edad para que haya conexión. Los que entienden, dicen que dos o tres años es lo correcto para que haya complicidad entre ellos y puedan estar más unidos. Bueno, pues yo digo que los entendidos se equivocan, y que la diferencia de edad entre hermanos no es impedimento para que pueda existir unidad, quizás más grande que la que hay entre gemelos.

Cuando mi hermana Soraya nació; yo tenía dieciocho años. Podría haber sido mi hija, lo sé, es más, mi hijo mayor nació dos años y medio después. A cauda de la corta diferencia de edad entre ellos, siempre se han comportado más como hermanos, que como tía y sobrino.
Tengo que aclarar, que casi por el tiempo del nacimiento de Soraya, yo terminé de escribir mi primera novela: por entonces no podía imaginar que era un presagio, pues ella sería la causante de que viera la luz muchos años después, aunque no me adelantaré a los acontecimientos.

Mientra ella era una niña, no hubo más unión que la que puede haber entre madre e hija, es más, mi hijo y ella bromeaban en el colegio pasándose por hermanos, consiguiendo engañar a la mayoría, pues físicamente se parecen.
Fue en la adolescencia, cuando entre nosotras surgieron las confidencias. Llegaba pidiendo consejos para sus “grandes” problemas de adolescente, ya sabemos que cuando se es adolescente, los problemas son “enormes”.
Hablábamos muchas veces, ella me pedía consejos y yo le aconsejaba, procurando no imponerle, sólo orientarla. No sé si porque ella era más adulta o yo más infantil, el caso es que nuestra complicidad se hizo cada vez más estrecha.
Cuando llegó a la mayoría de edad, yo estaba comenzando a escribir mi segunda novela. Fue por entonces cuando le hablé de que me gustaba escribir, hasta entonces nunca se lo había dicho a nadie, era mi secreto, como si fuese algo malo, un pecado del que tuviera que avergonzarme.
Comenzó a decirme que era tonta, que yo tenía un Don, algo que no mucha gente tiene, que si escribía muy bien, que si mi novela era fantástica… en fin, llenó mi ego, que por entonces era una bolsita que estaba sin estrenar, no quiero decir con esto que esté llena, pero sí, tengo más confianza en mí misma, algo de lo que carecía.



Se lanzó a divulgar (cada vez que tenía ocasión) que yo escribía. Mis otros hermanos y sus esposas, me pedían la novela para leerla, yo se las daba con más vergüenza que otra cosa. Ellos también me han apoyado mucho, pues tal y como digo en anteriores entradas, son los causantes de que mi relato fuese presentado en público.
Hubo una anécdota que para mí significó mucho y me causó una gran satisfacción. Una de mis cuñadas leyó mi novela, ella nunca había sentido curiosidad por leer un libro y desde entonces se le abrió el apetito por la lectura. Dice que yo tengo la culpa de que ahora sea una lectora empedernida. Pienso que es una gran satisfacción el que te culpen de eso, de ser la causante de infundir la pasión por la lectura a alguien que nunca antes le había interesado (lejos ya de que la novela sea buena o no).

Mi hermana encontró la página de Yoescribo, me animó a que entrara en ella y colgara mis narraciones bajo amenaza de que dejaría de hablarme si no lo hacía.
Tras dudarlo muchas veces, lo hice, y me siento feliz de haberlo hecho.
En Yoescribo encontré a personas con mi misma afición. El primero que se ofreció a ayudarme fue Felixon, un gran escritor, un gran crítico de películas y un excelente crítico de novelas. Me ayudó mucho corrigiendo mis faltas de ortografía, y dándome algunos consejos sobre escritura, incluso éste blog, sin su ayuda, no hubiese sido posible; y eso que por entonces estaba bastante abrumado con un asunto familiar. Le estoy muy agradecida por ello y creo que jamás podré pagarle su atención y su paciencia. Éste es el enlace de su blog, en él podéis comprobar que no miento. http://impresionesdefelix.blogspot.com/
También encontré a la que ha resultado ser una de mis mejores amigas, la escritora y además ganadora del concurso de novela Mª Dolores García Pastor. A la Brujita ya la conocéis porque la he mencionado en algunas entradas anteriores, y he señalado lo importante que es su amistad para mí. También os dejo su blog. http://labrujadeclara.blogspot.com/, http://librosalaluzdelaluna.blogspot.com/
Hace poco, entró en mi blog otra gran escritora, Blanca Miosi, también la conocía de Yoescribo y tengo que decir que la seguía desde hace tiempo, pero nunca me puse en contacto con ella a causa de mi dichosa cortedad para relacionarme. Resulta que es una persona magnífica, de gran corazón y sencillez, que desde el primer momento no ha dudado en ofrecerme su ayuda. También se ha convertido en una excelente amiga y maestra. Su novela La Busqueda, está expuesta en el museo Powstania de Varsovia. Os dejo el enlace del blog, es un libro que no podeis dejar de leer. http://labusqueda-por-blancamiosi.blogspot.com/, http://blancamiosiysumundo.blogspot.com/
Quiero decir con esto, que conozco a mis amigos gracias a la constancia de mi hermana, si ella no fuese tan constante, yo jamás hubiese salido de mi agujero.

Debería hablar de otra gran amiga, o dos grandes amigas mejor dicho, pero a ellas no las conocí en Yoescribo, así que, esa es otra historia que contaré en otro momento.